jueves, 7 de mayo de 2009

DICCIONARIO DEL DIALECTO ANDALÚZ

El andaluz no es un idioma independiente, sino una variedad de la lengua española que se habla en Andalucía. Está caracterizado por diversos rasgos fonológicos típicos de la región, así como por la entonación en la forma de hablar. Además, posee un léxico particular y muy rico que contribuye a ampliar el vocabulario de la lengua española.
A pesar de que muchas palabras se pronuncian de forma distinta a como lo hacen en la variedad castellana de la lengua española, se escriben de la misma forma. Existen, además, algunas palabras típicas de esta región, muchas de las cuales son propias de una determinada provincia o de lugar concreto.
Conviene aclarar que la pronunciación andaluza no es única. Se distinguen diversas zonas en las que predomina una u otra forma de pronunciar las palabras. E incluso dentro de la misma zona es posible encontrar personas que pronuncian algunas palabras de forma distinta al resto. A grandes rasgos, se pueden distinguir tres zonas de pronunciación básica: la de seseo, la de ceceo, y la de diferenciación de los sonidos /s/ y /z/. Entre las principales características de la pronunciación andaluza cabe destacar:
· El seseo, común en algunas provincias andaluzas (aunque no exclusivo de ellas, ya que también es típico de otras provincias de la Península, las Islas Canarias y toda la América hispana). Como curiosidad, los hablantes del español en todo el mundo que utilizan el seseo son mayoría frente a los que no lo usan, hecho por el cual el seseo está plenamente aceptado por la Real Academia Española.
Ejemplos:
caza > /kása/
cabeza > /kabésa/
princesa > /prinsésa/
zapato > /sapáto/
corazón > /korasón/
cedazo > /sedáso/
El ceceo es exclusivo de otras provincias andaluzas, ya que no se da en otras partes donde se habla el español. Se cecea en Huelva, Sevilla, Málaga y Cádiz. También en gran parte de Granada, en algunas zonas de Almería y muy aisladamente en Córdoba y Jaén.
Ejemplos:
casa > /káza/
sereno > /zeréno/
sombra > /zómbra/
queso > /kézo/
sesión > /zezión/
cesión > /zezión/
El seseo o ceceo de la x inicial o intervocálica es bastante común en todas las zonas donde se dan estas formas de pronunciación.
Ejemplos:
examen > /esámen/
xilófono > /silófono/
examen > /ezámen/
xilófono > /zilófono/
La supresión de la -s final en los plurales y otras palabras terminadas en s también es algo común, pronunciando en forma abierta la vocal que quedaría al final de la palabra.
Ejemplos:
adiós > /adiò/
más > /mà/
soles > /sólê/
casas > /kásâ/
máquinas > /mákinâ/
pues > /puè/
Aunque en la actualidad es poco común, algunas personas tienden a unir la s final de una palabra con la vocal inicial de la siguiente, pero no pronunciándolas como una única palabra, sino como dos separadas, dando la impresión de que la segunda palabra comienza por s.
Ejemplos:
los hijos > /lô síjô/
las aves > /lâ sábê/
El cambio de las terminaciones -edo, e -ido por -eo e -ío, respectivamente. En algunas ocasiones también se puede observar el cambio de la terminación -udo por -úo.
Ejemplos:
dedo > /déo/
pedo > /péo/
comido > /komío/
colorido > /kolorío/
picudo > /pikúo/
embudo > /embúo/
En algunos casos, también es característica la pérdida de otras consonantes finales, como -b, -c, -d, -j, -l, -r, -x o -z. En todos estos casos, la vocal final se pronuncia siempre en forma abierta.
Ejemplos:
reloj > /relò/
sal > /sà/
amor > /amò/
relax > /relà/
paz > /pà/
La aspiración de la h inicial (y, a veces, intercalada) también es una práctica común en ciertas zonas. En muchos casos, esta forma de hablar ha dado origen a nuevas palabras en el léxico español, como jolgorio (que antes se escribía holgorio, aspirando la h inicial al pronunciarla). También la j y la g sonora tienen un sonido aspirado como norma general.
Ejemplos:
hoyo > /hóyo/
ahorcar > /ahorcà/
flojo > /flóho/
gitano > /hitáno/
jirafa > /hiráfa/
ajonjolí > /ahonholí/
También es típico en muchas palabras el cambio de la h, b o v inicial por una /g/. En algún caso también se antepone una g a una palabra que comienza por vocal, aunque no es una práctica habitual.
Ejemplos:
hueso > /wéso/
huerto > /wérto/
Huelva > /wérba/
bueno > /wéno/
vuelta > /wérta/
oler > /golè/
· Aunque es bastante infrecuente, algunas personas (y únicamente al hablar), suelen añadir una /a/ al inicio de otras palabras que comienzan por consonante, cambiando de género la palabra en estos casos.
Ejemplos:
la moto > /el amóto/
la foto > /el afóto/
la radio > /el arrádio/
· El fenómeno opuesto, la pérdida de la /a/ inicial, también es posible (con o sin mutación de la consonante que le sigue), aunque también es bastante raro.
Ejemplos:
agujero > /buhero/
agilipollado > /jilipoyáo/

En algunos lugares también es característico el sonido sh (/§/) del dígrafo ch.
Ejemplos:
chocolate > /§okoláte/
champán > /§ampán/
ocho > /ó§o/
cacho > /ká§o/

El cambio del sonido de la letra /l/ por el de la /r/ en algunos términos también es una práctica bastante extendida, especialmente en el ámbito rural. También se puede dar el caso inverso, aunque es menos frecuente (y solo en zonas muy específicas). De igual modo, también suele ocurrir el cambio del sonido /g/ sorda por el de la /b/ en ciertas palabras.
Ejemplos:
alrededor > /arrededò/ o /arreò/
calavera > /karabéla/
carabela > /kalabéra/
calamar > /karamà/
calamares > /karamálê/
cerebro > /zelébro/
aguja > /abúja/

El apócope de ciertas palabras contiguas también es característico.
Ejemplos:
de esto > /dét-to/
de eso > /déso/
de aquello > /dakéyo/
de adónde > /daónde/




Este es el diccionario: http://www.eloihr.net/andaluz/index.php?page=letra&letter=a

miércoles, 4 de marzo de 2009

El abuso del lenguaje: Leísmo

El leísmo es la sustitución del pronombre la/lo por le en la posíción gramatical de complemento directo y también en aquellos verbos que son transitivos.
Lorena ha visto un caramelo y lo quiere. (Ejemplo en forma estándar)
Lorena ha visto un caramelo y le quiere. (Ejemplo en forma leísta)

El leísmo es una característica básica del dialecto castellano septentrional y de algunas otras formas dialectales en Sudamérica. Aunque es considerado un vulgarismo según la Real Academia Española, resulta ser una falta tremendamente habitual en muchos hispanohablantes debido a que al hablar dudan del uso del CD y el CI.

Tipos de leísmo

  • Leísmo Aparente: la variación en el uso pronominal puede deberse también a variaciones dialectales en el régimen de algunos verbos. Es el caso de verbos como pegar o enseñar, que se complementan tanto con una referencia personal, en forma de dativo, como una abstracta, en forma de acusativo. (Esta última es ciertamente un supuesto porque en numerosos casos la forma estándar es sustituída: Juan le pegó a su hijo (un tortazo), en algunos dialectos pasa a ser: Juan lo pegó a su hijo. Algo parecido sucede con los verbos con estructura de doble objeto como es el vb. tocar, en el que se admiten tanto las formas él le tocó (las manos), como él la tocó, representando la variación pronominal un desplazamiento del significado.

  • Leísmo Deferente: Una de las formas más extendidas de leísmo, que se emplea aún en variantes que normalmente siguen el modelo distinguidor, es el uso del pronombre de dativo para concordar con la forma de respeto usted. Se ha interpretado de diversos modos como forma de desambiguar con la tercera persona, de separarse de la forma familiar o como extensión del patrón leísta general. En el leísmo de respeto, la forma estándar: Ayer lo llamé por teléfono (a usted) se convierte en ayer le llamé por teléfono (a usted). La Academia la admite, en especial en las fórmulas convencionales de tratamiento.

  • Leísmo de Contacto: Formas de leísmo aparecen también en dialectos del español que se caracterizan por la situación prolongada de bilingüissmo o diglosia en contacto con lenguas en las que el régimen pronominal es distinto. La influencia del guaraní en el español paraguayo, del quechua en el español andino o del euskera en País Vasco y Navarra llevan en algunos casos a la supresión completa de la diferenciación entre pronombres de dativo y de acusativo, sustituyendo todos los casos por le. Acompañada de una palpable modificación en el empleo de los pronombres, que se utilizan sistemáticamente de manera redundante en todas las funciones —a diferencia de la forma estándar del español, que muestra redundancia sólo en el dativo: yo le di la carta a mi hermana—, es efecto de la asimilación a un sistema gramatical desprovisto de la distinción de casos. En ocasiones se considera vulgar, sobre todo en las zonas de transición entre dialectos afectados por esta forma de leísmo y dialectos no leístas, pero forma parte de la norma culta en las regiones en que el dialecto leísta es exclusivo o mayoritario, y tiene expresión en la lengua formal y escrita. No cuenta sin embargo con la sanción de la RAE.
El castellano septentrional
El área afectada por esta forma de leísmo comprende la mejor parte de Castilla y León. La forma más pronunciada se manifiesta en Valladolid, el este de León, Palencia y el noroeste burgalés, donde le sustituye a lo y les a los para todos los antecedentes animados de género masculino. El resto de la provincia de Burgos, las zonas aledañas a Valladolid y las regiones leístas de Segovia y Soria oscilan entre les y los para el plural, usando le invariablemente para el singular. En la provincia de Salamanca, Ávila y las zonas de transición entre éstas, Madrid y Cáceres el plural no es leísta salvo en raros casos. Menos estudiada es la distribución del leísmo para el pronombre femenino, que la mayoría de los autores juzgan limitada al habla popular, aunque no se dispone de investigaciónes sociolingüísticas en profundidad.
BIBLIOGRAFÍA
  • Fernández-Ordóñez, Inés (1999) Gramática descriptiva de la lengua española (eds. Bosque, Ignacio; Demonte, Violeta)

Sitios web consultados

martes, 3 de marzo de 2009

LA FORMACIÓN DEL PLURAL EN LOS DIALECTOS

"Las casas" y "Lah casah"
La mayoría de los plurales en los sustantivos de la lengua española se forman con -s al final de la palabra, o en su defecto en -es.
Sin embargo numerosos dialectos tienen entre sus características básicas la omisión o aspiración de la -s que indica el plural. Es por esto que vamos a dedicar la ampliación de la clase magistral a centrarnos en este tema, que nos resulta cuanto menos curioso y que en algunos casos puede llegar a ser un problema para la comprensión lingüística porque resulta muy ambiguo.
  • Omisión de la -s final

Son muchos los dialectos que no pronuncian la -s al final de cada palabra, como es el dialecto andaluz, murciano, así como el extremeño, donde se omite la -s final, alargando las vocales finales para dar muestra del número plural.

  • Aspiracion de la -s final

Es el caso del dialecto canario y el manchego, donde la "s" se pronuncia como "h" aspirada al final de cada palabra.

miércoles, 18 de febrero de 2009

EL SEXISMO EN EL LENGUAJE


La lengua también es nuestra



"Estabamos en una conferencia en la Facultad de Filosofia de la universidad de Oviedo, cuando un hombre exclamó: "¿Esto es una conferencia o qué cojones es?" y otro exclamó: "¡Cuidado con las palabras, que hay señoritas presentes!" Dicho esto, hubo un regocijo general y tras un largo rato de intervenciones diversas, mi amiga Begoña habló y dijo: "Yo solo quiero decir una cosa, ¡cojones!". A mi me encantó y sentí que Begoña acababa de devolvernos a todas la voz, la existencia. Éramos de nuevo personas -como ellos- y no "señoritas" y teníamos derechos a las palabras. A todas las palabras. En la lucha por existir, si queríamos ser reconocidas y nombradas en "su" mundo, teniamos que utilizar "su" lenguaje. Begoña lo acababa de afirmar en voz alta:
La lengua también es nuestra"

Para analizar este inmenso mundo de la discriminacion de la mujer en el lenguaje vamos a centrarnos en dos niveles: el sexismo que simplemente nos desprecia y el que sencillamente no nos toma en cuenta, es decir, aquel que nos silencia.
  • Lenguaje despreciativo: Refleja las connotaciones negativas que pueden llegar a tener algunas palabras con respecto a las cualidades despectivas que se le atribuyen a la mujer, se dividen en dos:
- Duales aparentes: Existen en masculino y en femenino, pero no tienen el mismo significado, siendo el femenino despectivo y el masculino denominativo. Esto puede observarse con mas claridad con ejemplos: Zorro/a, gobernante/a, verdulero/a, perro/a...

- Vacio Léxico: Se abarcan en este grupo las palabras de las que existe un solo género y que generalmente es despreciativo. Es el caso del genero femenino, dos ejemplos son vívora y arpía y en el caso del género masculino caballerosidad y mujeriego.

  • Lenguaje silenciativo: Las mujeres estamos escondidas tras falsos generícos. Los masculinos tras el cual se supone que se esconden ambos sexos no es más que una manera más de discrimanación hacia el sexo femenino. Ese "los niños" o "los hombres" no tiene por que incluirnos al igual que las frases "Todo el pueblo bajo a recibirles, quedándose en la aldea sólo las mujeres y los niños" entonces quienes bajaron ¿sólo los hombres?. Quizá este tipo de discriminación es la más aceptada por lo que a veces no se considera como tal. Otra razón es que a veces el femenino no existe en la Real Academia, como por ejemplo miembros/miembras.

NOMBRAR EL FEMENINO ES NOMBRAR LA DIFERENCIA

Decir niños y niñas o madres y padres no es una repetición, no es duplicar el lenguaje. Duplicar es hacer una copia igual a otra y éste no es el caso. La diferencia sexual está ya dada, no es la lengua quien la crea. Lo que debe hacer el lenguaje es nombrarla, simplemente nombrarla puesto que existe. No nombrar esta diferencia es no respetar el derecho a la existencia y a la representación de esa existencia en el lenguaje.

LA REEDCUACIÓN COMO SOLUCIÓN

Para intentar dar solución al problema, desde mediados de los 80 avanzan las estrategias para combatir tanto el silenciamiento como el desprecio, y se van perfeccionando las soluciones y redactando instrucciones nuevas. Hacia 1994 aparece en España el libro Nombra, elaborado por la Comisión Asesora sobre el Lenguaje del Instituto de la Mujer, verdaderamente clarificador y útil.

Las posibilidades que nos plantea son realmente variadas, creativas y diversas: la utilización de genéricos reales (víctimas, personas, gente, vecindario y no vecinos, pueblo valenciano y no valencianos. También, el recurso a los abstractos (la redacción y no los redactores, la legislación y no los legisladores). También cambios en las formas personales de los verbos o los pronombres (en lugar de En la Prehistoria el hombre vivía... podemos decir los seres humanos, las personas, la gente, las mujeres y los hombres y también En la Prehistoria se vivía... o En la Prehistoria vivíamos...).

Otras veces podemos sustituir el supuesto genérico hombre u hombres por los pronombres nos, nuestro, nuestra, nuestros o nuestras (es bueno para el bienestar del hombre... sustituido por "Es bueno para nuestro bienestar...") Otras veces podemos cambiar el verbo de la tercera a la segunda persona del singular o a la primera del plural sin mencionar el sujeto, o poner el verbo en tercera persona singular precedida por el pronombre se ("Se recomienda a los usuarios que utilicen correctamente la tarjeta..." sustituido por "Recomendamos que utilice su tarjeta correctamente..." o "Se recomienda un uso correcto de la tarjeta"). Están también los cambios del pronombre impersonal ("Cuando uno se levanta" quedaría "Cuando alguien se levanta" o "Al levantarnos" y también cambiaríamos "El que tenga pasaporte" o "Aquellos que quieran... por "Quien tenga pasaporte..." o "Quienes quieran...").

También tenemos recomendaciones para corregir el uso androcéntrico del lenguaje y evitar que se nos nombre a las mujeres como dependientes, complementos, subalternas o propiedades de los hombres (Los nómadas se trasladaban con sus enseres, ganado y mujeres, Se organizaban actividades culturales para las esposas de los congresistas, a las mujeres les concedieron el voto después de la Primera Guerra Mundial), ofreciéndonos múltiples y variadas soluciones.

Creemos que el mejor ejemplo posible es el intento, por parte de aquellos que están en los medios y que son líderes de opinión, de implantar la igualdad en el lenguaje, como es el caso de la Ministra de Igualdad Bibiana Aído.

http://www.youtube.com/watch?v=JkrjWUfPJlE


CAMBIAR LA LENGUA CAMBIARÁ LA REALIDAD

Las mujeres son capaces de trepar la cuesta de lo prohibido, de robarle a la vida ese diez por ciento de energía necesario para mantener la cabeza fuera del agua, y la mantienen, y escriben, y se lo editan, y aquí seguimos todas las demás... Luchando y celebrando los nuevos éxitos, extendiendo la red para que todas las mujeres de la tierra tengan derecho a la voz, a la palabra, sabiendo que vemos el mundo a través del cañamazo formado por la lengua y motivadas por la certeza de que el lenguaje sexista, el que hemos aprendido, contribuye a la perpetuación del patriarcado. Sabiendo también que cuando tengamos una lengua que nos represente cambiará la realidad, por eso seguimos adelante, y no dormimos más a las niñas con cuentos de hadas. Les decimos que las niñas buenas van al cielo y las malas van a todas partes, y que colorín colorado, esta historia no ha acabado.


BIBLIOGRAFÍA:

  • FERNANDEZ DE LA TORRE MADUEÑO, María Dolores; EL SEXISMO EN EL LENGUAJE (TOMO I) Ed.Málaga, 1998
Sitios Web

miércoles, 11 de febrero de 2009

"Sobre el Estándar y la Norma".

Después de leer este texto he sacado varias conclusiones.
  • ¿Qué es la variedad estándar?
Antes consideraba la lengua estándar como la correcta y la que se debe hablar (supongo que soy una hablantes ingenua) pero leyendo este texto me he percatado que de que es un simple formulismo. Existe una lengua estándar porque existen variedades de esa lengua y po eso mismo, establecer unas normas. Es imposble que un hablante se desprenda características geográficas y personales que marcan su forma de hablar y de expresarse; todos tenemos en nuestras cabezas un modelo de como se debe hablar o expresarse, con el tiempo podemos acercarnos y acercanos más al modelo estándar pero nunca podremos olvidar los causas históricas y sociales que nos llevan a hablar una variedad lingüística. Es más, el lenguaje estándar está creado de la variedad de todas, mostrando su importancia. No somos iguales, nuestra cultura y zona geográfica nos marca y con ella una de las principales características de ella, la lengua.

Para establecer es necesario atender a todas las variedades por razones históricas como el poder de una zona, prestigio, la oportunidad y la eficacia, por eso la variedad modélica es un cruce de una o más variedades geográficas con ciertas variedades difásicas y sociales. La problemática llega cuando los lingüístas se pierden en nominalismos que no sirven para solucionar los problemas que esto produce. Como consecuencia se han dado dos fenómenos culturales: la originalidad que se utiliza para designar palabras de la teoría muy diferentes a los colegas extranjeros; sin embargo, el casticismo es la búsqueda en nuestro glorioso patrimonio lingüístico para intentar calcar y adaptar los términos inventado por otros.

Cada lingüista puede entender la variedad estándar como le plazca pero parece quedar claro que no es la lengua que todos hablan ni la que se habla en cualquier ocasión. En muy pocas ocasiones la sintaxis escrita concordará con la hablada.

El estándar solo es utilizado por las pocas personas que lo conocen bien y solo en determinadas situaciones en las que es propicio y recomendable su uso. Por esto, es necesario delimitar correctamente el concepto estándar, no cayendo en el nominalismo.

Tampoco debemos idealizar las variedades dialectales de una lengua. Una variedad es considerada un patrimonio cultural pero no se puede obligar a un sevillano a que sesee a un extremeño a que aspire la j.
Hay que saber dónde está el límite también en la variedad dialectal. Realmente se puede llegar a manejar correctamente ambas variedades de la lengua y utilizarlas en los momentos más propicios para ello.


  • ¿Qué es la norma?

La norma de una lengua se encuentra en el punto medio de la gramática y el uso.
Existen dos casos, uno en el que la gramática y el uso se confunden y no admiten duda y otros en los que, por distintas razones, no coinciden que conlleva a un debate de cual es el correcto.

Normalmente tiene se suele romper la norma por la fuerza que tiene el uso debido a más a una moda que a la lógica , ya que no podemos siempre atender a lógica cuando hablamos de un lenguaje utilizado por humanos. Pero lo ciertos es que tenemos una norma y que de ella nace la necesidad de los individuos por saber que lo que se dice es correcto y está recogido.

La norma es necesaria en momentos determinados de nuestra vida y el desinterés que tenemos por ella puede derivar en la marginación de la misma y en un lenguaje sin norma.
Los jóvenes deben tener muy en cuenta que desconocer la norma de un lenguaje es no tener un conocimiento de la lengua en la que se expresan, ya sea por inercia o voluntad propia.

Los lingüistas deben investigar las razones de por qué sucede esto e intentar que toda la sociedad tome conciencia del uso y la norma del lenguaje, tan necesario uno como otro.


ANA ALMENDRO FRANCO.

jueves, 5 de febrero de 2009

LOS NOMBRES DE PROFESIÓN


"Decían que era muy sargenta, así que dejé de ser la sargenta y me hice la sargento"


A lo largo de la historia de la lengua española se ha dado una evolución morfológica de los nombres de profesión, así, la tendencia general para formar el femenino de los nombres de profesiones consiste en añadir -a, tanto en oficios cualificados como no cualificados, por ejemplo: profesor/-a, agricultor/-a, panadero/-a, etc.

Sin embargo, pese a esta usual tendencia, existen otras profesiones tradicionalmente masculinas en las que para formar el género femenino se utiliza únicamente como determinante el artículo que precede al nombre de éstas. Como por ejemplo las relacionadas con el ámbito militar: el soldado/la soldado, el piloto/la piloto, el capitán/la capitán, etc.

El motivo de esta peculiaridad tiene un orígen meramente histórico. En estas profesiones, la mujer se ha incorporado tardíamente con respecto al hombre al igual que la construcción de su género. Como consecuencia de esto, la palabra que resultaba al formar el género femenino presentaba las siguientes problemáticas:
  • El nombre femenino ya estaba asignado para definir otro concepto. Como por ejemplo sucede con soldada, (referido al sueldo del soldado) y con asistenta (criada).
  • El nombre femenino es homófono de la ciencia o disciplina. Ejemplo de ello es física y química, cuyo femenino actualmente está aceptado para el DRAE.
  • El nombre femenino tiene connotaciones despectivas. Ejemplo: la sargenta, comúnmente para designar a una mujer corpulenta y varonil.
  • El nombre femenino se asocia con "esposa de". Un ejemplo sería la capitana y la almiranta, esposas del capitán y almirante respectivamente.
  • El nombre femenino no resulta eufónico. Es el caso de la pilota.
En este artículo del diario del EL PAIS, podemos encontrar esta cuestión tan controvertida.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/lenguaje/sexista/Hay/forzar/cambio/elpepusoc/20080614elpepisoc_1/Tes

Bibliografía:
LAPESA Rafael, HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA (Madrid, 1988) Editorial GREDOS

Ana Almendro Franco

Laura Amate Biedma
Paloma Esteban Sánchez


lunes, 2 de febrero de 2009

LOS MORFEMAS


La morfología es el arte de la determinación lingüística

Un morfema es la unidad dependiente con significado mínima del lenguaje, así, nos referimos a ello como la parte variable de la palabra, cuyo valor es semántico y que aparece siempre unido a la parte invariable (lexema).

De acuerdo con el grado de anexión a la palabra, los morfemas pueden dividirse en: Morfemas Independientes, aquellos que no varían(determinantes, preposiciones y conjunciones) y Morfemas Dependientes, aquellos que varían al unirse a otro monema para completar su significado. En ciertos casos provocan cambios fonéticos. Se dividen en dos tipos:
  • Derivativos: Añaden matices al significado del lexema. Generalmente estos morfemas están más cerca de la raíz que los morfemas flexivos. (Pan: Panaderia, panadero, empanar...; Casa:Casita, caserío, casón, casero...)
  • Flexivos: Marcan relaciones y accidentes gramaticales entre los diferentes participantes de una acción verbal o expresión nominal. Este tipo de morfemas son los encargados de marcar en el nombre y el adjetivo el género y el número y en el verbo indican tiempo gramatical, modo, persona, número, etc. (Niño/a, Niños/as; Secretaro/a, Secretarios/as)

Tras esta introducción, haremos especial hincapié en los morfemas flexivos de género, siendo estos los más controvertidos. Se establece la siguiente clasificación para diferenciarlos ya que no siempre se manifiesta una correspondencia entre ellos, debido entre otras causas a los préstamos de otras lenguas, la pérdida de la declinación latina, diferencias históricas y regionales, etc.

  • Nombres comunes respecto al género, ejemplo: El/La testigo, El/La pianista, El/La cónyuge.
  • Heterónomos, ejemplo: Caballo/Yegua, Hombre/Mujer.
  • Ambiguos, ejemplo: El/La mar.
  • Epícenos: La serpiente (macho y hembra), el avestruz (macho y hembra)
  • Masculino y femenino asociados a significados diferentes: Leño y leña, cerezo y cereza.
  • Parónimos: Velo y vela, caso y casa.

Bibliografía:
-ALVAR Manuel y POTTIER Bernard, MORFOLOGÍA HISTÓRICA DEL ESPAÑOL (Madrid, 1983) Editorial GREDOS

Ana Almendro Franco

Laura Amate Biedma
Paloma Esteban Sánchez